Las personas tipo vata están en constante movimiento a nivel físico y mental. La terapia de Yoga para vata busca alterar la fisiología del cuerpo para así apoyar el proceso de curación. Esta utiliza la práctica de posturas de Yoga (asana), ejercicios de respiración (pranayama), el control de los sentidos (pratyahara) y la meditación como herramientas para reducir el exceso de aire y éter, característicos de un desequilibrio de vata. Los síntomas asociados con vata incluyen estreñimiento, insomnio, piel seca, ansiedad, preocupación, dolor corporal, entre otros.
La práctica de Yoga para vata debe enfocarse en la lentitud, trayendo más de los elementos tierra, agua y fuego, contrarrestando así el exceso de aire y éter. Es esencial que la respiración sea despacio, con mucha atención y conciencia. Idealmente el espacio debe estar caliente (aunque no en exceso) e idealmente cubierto y no muy grande. El sistema nervioso de vata tiende a estar excesivamente estimulado y muy delicado, por lo que las posturas deben fluir con mucha suavidad y no debe haber un enfoque en el esfuerzo físico durante la práctica.
Cada postura de Yoga, o asana, tiene un efecto a nivel físico y energético. Vata debe enfocarse en las posturas que aumenten la conexión con la tierra y las cualidades de humedad, pesadez y calor, para contrarrestar el exceso de la cualidad de frío, ligero y seco.
Durante la práctica, se recomienda que el estudiante evite hacer cualquier tipo de movimiento innecesario y traiga su atención al interior.
Por ejemplo, las siguientes dos posturas son recomendadas para vata:
Vrksasana (postura del árbol): Traiga su atención al pie derecho y sienta la conexión con la tierra. Posteriormente, traiga el pie izquierdo sobre el muslo izquierdo interno (o si esto resulta muy dificil, puede traerlo al costado de la pantorrilla. Presione con firmeza y estabilidad Traiga las palmas de las manos juntas en el centro del pecho. Sostenga suavemente por unos 45 a 60 segundos en cada lado. Si tiene dificultad en lograr el equilibrio, debe enfocar la vista en un punto fijo en el piso, no muy lejos de usted. Si es necesario, puede practicar al inicio con la ayuda de una pared ubicada a un lado.
Paschimottanasana (flexión hacia el frente sentado): Siéntese en el piso con las piernas juntas y estiradas al frente. Puede utilizar una cobija o el mat de Yoga para apoyar los glúteos. Inhale y eleve ambos brazos, y al exhalar, con suavidad inclínese hacia el frente. La flexión debe originarse desde las caderas, la postura no consiste principalmente en traer la cabeza hacia la rodilla. Con cada respiración, relájese un poco más, sintiendo la conexión con la tierra y observando los pensamientos. Sostenga por dos a tres minutos, evitando moverse.
Escrito por Santiago Suárez Rubio, C.A.S