En sánscrito, la palabra svastha hace referencia a la salud perfecta y ella, a diferencia de la medicina alopática, guarda estrecha relación con el Ser.El Caraka Samhita, considerado el texto más importante para el Ayurveda, dice que donde no hay armonía no hay salud, donde hay discordia hay enfermedad. Revisemos cuáles son tres de las formas más comunes en que desarmonizamos nuestro interior.
1. Desconexión del maestro interior. Trascender la mente libera. Conectarse con la energía del amor que somos y observar la vida desde el calor del alma es trascender la experiencia humana. Es el momento de regreso a casa, donde nos dejamos guiar por nuestro maestro interior y confiamos en que a través de él comprenderemos la vida desde otra mirada mas conciente y en armonía con el todo. Lamentablemente, la voz del alma es sutil y no muchas veces la oímos. Uno de los fundamentos más importantes del ayurveda propone que el cuerpo enferma porque ignoramos al ser divino que está en nuestro ser. Cuando nos permitimos ser guiados por nuestro ser superior encontramos la fuerza necesaria para conducir nuestra vida confiados y en paz. El cuerpo enferma porque la mente se contamina de pensamientos turbios y en consecuencia la calidad de nuestras emociones obstruyen el correcto flujo de energía en el cuerpo y así éste? se debilita.
2. Un estilo de vida que gira en torno al placer. En esta concepción, el placer no tiene una connotación moral negativa necesariamente. No se define como un mal en sí mismo sino que alude a la condición material del Ser que no integra su lado espiritual. De acuerdo a este enfoque concebimos nuestra condición solo desde una visión corporeo-mental. Estamos definiéndonos como materia y los sentidos como las puertas de acceso que nos conectan con el mundo exterior. Llevar una rutina en base a excesos como un medio de satisfacción corporal altera el orden y equilibrio del cuerpo, eso es innegable. Lo cuestionable en este punto es identficar el placer como un medio de bienestar, aún cuando sabemos que esa felicidad es no solo transitoria, sino ilusoria.
3. La ilusión del tiempo. Un ritmo de vida agetriado, estresado, junto a una mente hiperactiva, que osila entre el pasado y el futuro, y que se nutre de pensamientos densos; tensa las células, las envejece y las enferma. A esta percepción del tiempo, se ha convenido diferenciarla del tiempo lineal (el que marca el paso de las horas, los días y los minutos) y se le conoce como tiempo biológico. Mientras mayor es la actividad y el movimiento, mayor es el ritmo del tiempo biológico. Cuando hacemos un esfuerzo por desacelerar(nos), reducir las revoluciones de nuestras ocupaciones, la mente se aquieta, se centra y está en paz.
Volver a la salud sugiere corregir hábitos en nuestro estilo de vida, desligarnos del control de la mente, sus tentaciones y excesos, sensibilizarnos a los mensajes del alma y adoptar una convivencia más cordial con nuestros